ORIGEN E HISTORIA DEL TEATRO
Teatro griego (siglos VI - V a.C.)
Las primeras representaciones eran fiestas llamadas “bacanales”: se celebraban cerca del altar de Dionisos (el dios del vino y de la fecundidad). Los hombres se cubrían de pieles de macho cabrío y cantaban y bailaban.
Había una recitación de pocos personajes sobre la escena, acompañados por un coro. Los actores llevaban máscaras para amplificar la voz.
Debido al éxito de estas celebraciones, pronto empiezan a construirse los primeros edificios destinados al teatro: eran semicirculares y se situaban sobre la falda de una colina.
En la parte inferior, había una zona para la representación y otra para la orquesta.
Representaciones en Egipto (desde al año 3000 a.C.)
En Egipto se representaban el nacimiento del monarca y su coronación.
Teatro romano (siglos I a.C. - I d.C.)
Amplían el escenario, reduciendo la importancia de la orquesta. Se mejoran la visibilidad y la acústica. Se construyen teatros en lugares separados de las colinas.
Tras la caída del imperio romano, se paraliza la actividad teatral.
Teatro en las celebraciones cristiana
Se recupera el teatro en las celebraciones religiosas cristianas. Son representaciones sencillas en las que se escenifican relatos de la Biblia relacionados con fiestas religiosas (sobre todo, Semana Santa y Navidad).
Teatro en la calle (a partir del siglo XIV)
Las representaciones religiosas tienen mucho éxito y pronto pasan a la calle, donde se hacen representaciones sobre tablados portátiles. Casi no hay efectos técnicos.
En la época del Renacimiento, en Italia se recuperan obras de autores clásicos griegos y se vuelven a hacer representaciones teatrales. Se incorporan los decorados.
En España aparecen los corrales de comedias: patios de vecinos en los que se representan obras teatrales. Los hombres del pueblo se situaban en el patio, delante del escenario; en las galerías laterales se sentaban los espectadores de más categoría social. En el primer piso, frente al escenario se situaban las mujeres; y en el segundo piso la tertulia (religiosos y hombres de letras).
En el siglo XVIII se añaden efectos y decorados espectaculares. Y en el siglo XX se producen innovaciones técnicas en la iluminación y el sonido.